Golem (GNT): la alternativa colaborativa y descentralizada para servicios en la nube

¿Qué es Golem y qué solución aporta?

Ya hemos explicado gran parte de lo que es Golem en la introducción de este artículo. Golem es un mercado P2P descentralizado que permite ofrecer servicios computacionales a través de un ‘supercomputador’ que está conformado por los recursos gráficos, procesamiento, almacenamiento, etc. Imagina que estás usando tu ordenador para realizar una tarea que consume gran cantidad de recursos… quieres hacer el rendering de ese vídeo rápidamente para cumplir con plazos límite, pero no hay tiempo que perder. Al conectarte a Golem, podrías hacer la misma tarea pagando una pequeña comisión en GNT y recortar este tiempo de forma considerable. Igualmente, podrías contribuir con los recursos de tu computador cuando esté en desuso, con la posibilidad de ser retribuido también en GNT. Así funciona el poder de la descentralización y de las redes colaborativos. Pero veamos qué es Golem desde un punto de vista más técnico. Para ello, citamos la definición que utilizan en su vídeo promocional: « Golem es un superordenador distribuido que se aprovecha de una red global de potencia computacional no utilizada. Es descentralizada, lo que significa que no es propiedad de nadie y cualquier persona puede usarlo. Cuando alguien requiere realizar una tarea específica, la red de Golem busca el mejor equipo para llevarlo a cabo y le retribuye con GNTs. Todo esto es posible gracias a la red de Ethereum».

Breve historia de Golem: cómo se creó y quiénes son sus fundadores

Golem nace en 2016 con la intención un ecosistema económico colaborativo con acceso libre y descentralizado. Este ecosistema estaría compuesto con cientos de computadores que prestan sus recursos para que otros puedan utilizarlos y completar tareas de forma rápida y efectiva. El proyecto fue ideado por Julian Zawistowski, su principal fundador, que continúa liderando el proyecto como director ejecutivo. El polaco ha estado involucrado con varios proyectos relacionados con innovación tecnológica y economía. Golem fue cofundado por Piotr Janiuk y Andrzej Regulski. Su informe técnico fue lanzado en noviembre del 2016. Para financiar la idea y respaldar el funcionamiento de su primera red, Golem se lanza sobre la red de Ethereum y su token GNT se distribuye sobre el estándar que rige esta red: ERC20. Así, se lleva a cabo una oferta inicial de monedas (ICO) a finales del 2016, la cual fue capaz de recaudar el 100 % de lo esperado, equivalente a una cifra de 369 000 USD, según ICO Holder. Aunque lento, la plataforma de cómputo de Golem ha logrado avanzar a lo largo de los años, lanzando su primera mainnet ‘Brass’ en el segundo trimestre del 2018. Las distintas etapas pretenden la adición de nuevos servicios. Son 4 en total: Brass, Clay, Stone, Iron (latón, arcilla, piedra y hierro).

¿Cómo funciona Golem y por qué es una apuesta única?

No existen muchos supercomputadores ahí afuera y realmente Golem ofrece una propuesta única y atractiva que tiene cientos de casos de usos. Muchas veces rentamos servidores y otros equipos en la nube, el problema es que generalmente no son lo suficientemente flexibles a nuestras necesidades y tenemos que firmar un contrato para su uso. Con Golem el usuario renta poder computacional para la tarea específica que necesita llevar a cabo. Esto con la garantía de seguridad e inmutabilidad de la blockchain. El hecho de beneficiar a aquellos que aportan recursos, hacen que el proyecto pueda ser sostenible si el mercado responde positivamente y la criptodivisa GNT consigue mantener un precio atractivo. Como ya hemos dicho, la red está compuesta del poder computacional de miles de ordenadores personales, pero también participan grandes centros de datos que quieren beneficiarse del esquema. Esto hace que la plataforma colaborativa de Golem sea capaz de realizar tareas complejas como el rendering de imágenes generadas por ordenador (o rendering CGI). Para conseguirlo, se monta sobre una cantidad de tecnologías y redes que contribuyen en el esquema. Por ejemplo, el sistema de transacciones está basado en Ethereum, como ocurre con el registro de aplicaciones. Este último es un contrato inteligente de ETH que permite que los desarrolladores publiquen sus integraciones y herramientas de forma simple en el ecosistema. Esto permite ofrecer aplicaciones muy complejas como el aprendizaje automático (machine learning) y colocarlas en un mercado más asequible para cualquier persona. En forma simple, el ecosistema está compuesto por tres partes: solicitantes, proveedores y desarrolladores de software.