Merece la pena detenerse a pensar por un momento la velocidad con la que ha crecido la tecnología de cadena de bloques y Bitcoin en sus apenas once años de historia. ¿Qué nos han deparado? ¿Bitcoin y la cadena de bloques transformarán la sociedad del mismo modo que lo ha hecho internet? ¿Servirán para hacer de la sociedad un lugar mejor?
Las CBDC están a la vuelta de la esquina
China está a punto de sacar a la luz su proyecto de yuan digital. Ideado por el Banco de China, el yuan digital será una divisa digital de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés).
Esta clase de activos permitirán a los gobiernos seguir mejor el flujo de sus economías, lo que permitirá sistemas fiscales progresivos y eficientes.
Además de hacer de la RBU (Renta básica universal) algo más factible a gran escala, las CBDC brindarán una mayor transparencia en lo relativo a la transferencia de riqueza. Esto permitirá a muchas empresas maximizar su rentabilidad si saben aprovecharse de los datos que se brinden. Las CBDC utilizarán un libro de contabilidad público al estilo de Bitcoin, es decir, todas las transacciones serán visibles para todos los participantes de la red.
Redistribución de la riqueza
Las criptodivisas brindan múltiples oportunidades de modernización para la economía mundial: transacciones internacionales con bajas comisiones, un sistema descentralizado y una oferta monetaria finita y divisible decimalmente.
Lo que no ha cambiado desde la llega de Bitcoin es la concentración de la riqueza. Si echamos un vistazo a los datos, 1000 carteras almacenan el 40 % de los Bitcoin en circulación. Hay más de 46 millones de carteras Bitcoin, por lo que el dato es tremendo.
Sin embargo, algunos argumentan que las criptodivisas ofrecen una forma de abordar la desigualdad económica a través de una renta básica universal (RBU), algo que se recoge en el proyecto Good Dollar: los demandantes pueden entrar en él para recibir una asignación de Good Dollar que les ayude a pagar bienes esenciales. Este enfoque fagocitador de las criptodivisas se planteó también cuando el gobierno de los Estados Unidos comenzó a enviar cheques de estímulo para impulsar la economía durante la recesión de la pandemia en curso.
Los cheques son un sistema de envío de dinero lento e ineficiente tanto a nivel temporal como pecuniario. La idea planteada, por tanto, es por qué no usar un sistema de carteras digitales para distribuir el efectivo.
Las carteras digitales podrían, algún día, proporcionar una forma barata de distribuir dinero en efectivo a aquellos que más lo necesitan; durante el primer cierre por COVID en Estados Unidos, se enviaron cheques por valor de 1200 dólares como compensación por el parón de la economía y para fomentar el gasto de los consumidores. Imaginemos que no hubiera habido vacuna hasta dentro de cinco años, en este sentido, el gobierno de Estados Unidos podría haber terminado apostando por carteras digitales que permitiesen distribuir efectivo de forma mucho más rápida, sencilla y eficaz.
Usos de la tecnología blockchain
En los últimos diez años, la tecnología basada en la cadena de bloques ha llegado a innumerables industrias más allá del ecosistema cripto: bienes raíces, sistemas de votación, sector alimentario, contratos inteligentes, cadenas de suministro, procedimientos legales, entre otras muchas parcelas de la vida.
La cadena de bloques ofrece nuevas formas de maximizar la eficiencia de las industrias, algo así como lo que supuso internet en su momento (y sigue suponiendo). Al proporcionar un sistema de entrega de información inmutable, se puede garantizar una confianza máxima fácilmente y con rapidez, lo que mejora la vida tanto de empresas como de consumidores.
Las posibilidades que ofrece la cadena de bloques para un mundo pospandemia ya se han discutido en varias ocasiones. Hasta el momento, una aerolínea ha afirmado que, una vez la vacuna contra la COVID esté disponible globalmente, se exigirá a los pasajeros que prueben que han sido vacunados antes de viajar. Un sistema de verificación basado en la cadena de bloques podría ser útil para saber con rapidez quién ha sido o no vacunado. Esto ayudaría a volver con mayor celeridad a la normalidad de antes.
Las criptodivisas pueden cambiar por completo la economía mundial
Desde la crisis de la banca de 2008, la desconfianza en las instituciones financieras tradicionales no ha parado de crecer debido, sobre todo, a las ímprobas prácticas de estas. Bitcoin ofrece una forma golosa de reducir el poder de las finanzas centralizadas y llevar la economía a otros escenarios.
Esto podría cambiar por completo las el funcionamiento económico de la sociedad al aportar, por ejemplo, un extra de responsabilidad y transparencia en los procesos de préstamos con DLT (tecnología de libro mayor distribuido).
El declive de los bancos tradicionales también podrían impulsar aun más innovación en los servicios financieros. Muchos bancos están bien establecidos, ya que se fundaron hace más de un siglo y han crecido hasta límites insospechados. Sin embargo, les cuesta adaptarse a los cambios y posiblemente la economía digital ahogue a más de uno.
Las empresas fintech más pequeñas basadas en criptoactivos podrían adaptarse rápidamente a los nuevos cambios, lo que aumentaría su productividad y les permitiría crecer de forma considerable.
Es fácil invertir en ellas
Bitcoin, como herramienta inversora, está ganando cada vez más atención tras su recuperación lenta pero segura iniciada en 2018. Y es que Bitcoin se toma cada vez más en serio y parece haberse convertido en un vehículo de inversión que ha llegado para quedarse.
Ark Investments cree que la década de 2020 será crucial para la apreciación de Bitcoin, y está convencida de que su capitalización de mercado alcanzará, o que al menos tiene capacidad de, el billón.
Si tenemos en cuenta que la confianza en el oro ha decaído, Ark propone virar un 10 % de la inversión en oro en Bitcoin, algo que impulsaría la capitalización de mercado del criptoactivo por encima de un billón (y es algo que seguramente ocurra, puesto que cada vez más instituciones prefieren comprar Bitcoin en lugar de oro).
Debido a su suministro limitado de 21 millones de Bitcoin, el activo es claramente finito; el oro, aunque escaso, todavía se puede extraer (y más se podrá a medida que se mejoren la tecnología de minado). Esto haría que de un momento a otro el suministro de oro aumentase drásticamente, lo que pondría en cuestión su rareza y valor intrínseco.
Bitcoin y la cadena de bloques han venido para quedarse y seguramente conduzcan a la humanidad a grandes avances tecnológicos beneficiosos.