El gobierno del país sudasiático conocido por algunos como la «superautopista de las metanfetaminas» ha tomado medidas importantes para evitar el flujo de drogas en el país.
Tailandia, también conocida como la «superautopista de las metanfetaminas» en Asia del Sur, tiene drogas de laboratorios remotos en Myanmar, las cuales cruzan la frontera para el mercado local o transfronterizo, llegando a países como Australia, Nueva Zelanda y Japón.
El precio de la droga se ha reducido, ya que los laboratorios de drogas priorizan la producción de yaba: una pequeña píldora rosa o verde con cafeína que es consumida por camioneros y discotequeros por igual, así como la metanfetamina más costosa y altamente adictiva conocida como «hielo».
Hay millones de adictos a las drogas en ese país, y las prisiones están repletas de distribuidores y adictos. Sin embargo, los capos de la droga se ocultan tras una compleja red de intermediarios y esquemas de lavado de dinero.
Las autoridades han anunciado que están a la caza de dinero vinculado con el narcotráfico que sea canalizado a través de bancos tailandeses, compañías de construcción y cuentas de criptomonedas.
El ministro de justicia, Somsak Thepsuthin, informó esta semana a los reportes que el gobierno ha descubierto un flujo de dinero irregular en los bancos que asciende a los 170 mil millones de ‘bahts’ (cerca de 5,4 mil millones de dólares).
Aunque no todos los fondos serían dinero de drogas, el ministro explicó detalles al respecto:
«Tenemos confianza de que hay al menos 12 mil millones de bahts (388 millones son de activos relacionados con la droga). El dinero proveniente del negocio de las drogas está siendo convertido en oro, zinc (paneles), varas de acero y petróleo».
La ofensiva de Tailandia contra el flujo de drogas desalienta el descubrimiento reciente de una serie de redes que compraban petróleo en mercados internacionales con las ganancias provenientes de las ganancias por drogas. Estas redes cambiaron el dinero sucio por materiales de construcción para su posterior venta, incluyendo tuberías de acero, maquinaria y techos.
Una mujer tailandesa de nombre Daoreung Somseang sería la presunta líder de uno de los grupos. Ya se encuentra en custodia por delitos de tráfico en una prisión de Bangkok. La policía alega que sigue operando un imperio de drogas que abarca a todo el país con tiendas de oro y compañías de construcción, usando 113 cuentas para lavar más de 100 millones de dólares en efectivo.
El teniente general Wissanu Prasarttong-Osoth, asistente en jefe de la policía de Tailandia, cree que existe la posibilidad de que estas redes de drogas estén ganando incluso más: «Es imposible adivinar la verdadera cantidad que estas redes de drogas están ganando», dijo Prasarttong-Osoth.
La capacidad y flexibilidad de Daoreung en el lavado de dinero muestra la «escala y sofisticación de las redes», expresó Jeremy Douglas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
«Esto ni siquiera es un supersindicato… es de tamaño medio, pero aun así está moviendo un volumen masivo de dinero», señaló Douglas.