Se espera que el país tome un papel de liderazgo con respecto al uso de monedas digitales.
El tesoro del Reino Unido está trabajando con el Banco de Inglaterra para explorar la posibilidad de crear una reserva central nacional de criptomonedas.
El secretario económico del tesoro, John Glen, dijo que el gobierno confía en que el país tomará “un papel de liderazgo en la exploración de las monedas digitales de banco central y las amplias oportunidades y desafíos que podrían traer”.
En línea con el presupuesto a principios de este año, el Banco de Inglaterra publicó un documento sobre el tema y pidió la opinión pública al respecto.
Desde entonces, la consulta se cerró y el banco central comenzará las discusiones con el gobierno para evaluar si se debe proceder con la idea de implementar una reserva de criptomonedas y cómo hacerlo.
Para responder una pregunta escrita por el miembro parlamentario conservador, Mark Pritchard, Glen reveló que “el Tesoro de su Majestad y el Banco de Inglaterra ahora están trabajando juntos para considerar los próximos pasos”.
El gobierno del Reino Unido es el más reciente en unirse a una lista cada vez mayor de países que están considerando invertir en el desarrollo de una moneda digital de banco central (CBDC). Otros países que están estudiando la creación de sus propias CBDC incluyen Suecia, Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos y China.
Si bien se estima que un dólar digital de los EE. UU. tardará cinco años más en ser desarrollado, el yuan digital de China ya está experimentando un lanzamiento suave en cuatro ciudades.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI), una institución financiera internacional propiedad de los bancos centrales miembros, recientemente se mostró firmemente a favor de las CBDC en un nuevo informe. El BPI, que es propiedad colectiva de 62 bancos centrales, cree que las CBDC pueden ser capaces de desencadenar un “cambio radical”, que proporcionaría a los hogares y las empresas de todo el mundo opciones de pago nuevas, seguras y eficientes.
El BPI cree que, además de ayudar a los bancos centrales a trabajar con la inclusión financiera, mejores métodos de pago y una mayor innovación, también podría ser una alternativa a las remesas. Las remesas a menudo incurren en tarifas elevadas, que oscilan entre el cinco y el diez por ciento, en “regiones con menos canales”, como África. Además de hacer las transacciones más rápidas, transparentes y más eficientes, los trabajadores migrantes de los países en desarrollo pagarían menos tarifas para remitir a sus familias.
El BPI señala que la emisión de CBDC debe abordarse cuidadosamente, destacando que “no es tanto una reacción a las criptomonedas y las propuestas de ‘stablecoin’ del sector privado, sino más bien un esfuerzo tecnológico enfocado por parte de los bancos centrales para perseguir varios objetivos de políticas públicas a la vez.”