Un estudio del Banco Central de Suecia sobre las divisas digitales de banco centrales (CBDC) ha llegado a conclusiones mixtas.
El banco central de Suecia, Riksbank, ha analizado la viabilidad de las divisas digitales de banco central (CBDC) para el mercado local. Los resultados han sido mixtos.
A través una revisión económica de 96 páginas, el banco central más antiguo de todo el mundo explora cuatro modelos para la implementación de una versión digital de la corona sueca, que denominaron «e-corona». El banco también analizó cómo se ajustarían los distintos modelos a sus objetivos de política.
Los objetivos demarcados en términos de política incluyen lo siguiente:
- Fomentar una reserva de valor estable y una unidad de cuenta
- Ser un prestamista de última instancia (LOLR, por sus siglas en inglés)
- Proveer un medio seguro de liquidación y pagos
- Proporcionar las herramientas para preservar la estabilidad financiera
Los cuatro modelos bajo revisión en la investigación incluyen los siguientes escenarios:
- Provisión centralizada de la e-corona sin intermediarios
- e-corona centralizada con intermediarios
- Soluciones descentralizadas con intermediarios
- e-corona sintética
La revisión afirma que, aunque todos los modelos tienen ventajas y desventajas, «algunos parecen cumplir mejor con las necesidades actuales del mercado de pagos en Suecia».
En el primer modelo, la provisión de una corona electrónica centralizada sin intermediarios supone que el banco tendría toda la responsabilidad por la distribución de las CBDC. La revisión reconoce que esto pondría al Riksbank en un papel completamente diferente, operando de forma similar a la de los grandes bancos privados.
El segundo escenario plantea una situación similar a la infraestructura financiera local, ya que está basada en la asociación entre el banco central y otros proveedores de servicios privados. Riksbank seguiría siendo un actor importante ubicado en el nivel mayorista del mercado de pagos. Sin embargo, esto significa que el banco no desempeña un papel operativo en la cadena de distribución.
Si las CBDC se convierten en una solución descentralizada sin intermediarios, entonces estos últimos poseerían una relación contractual directa con el cliente.
El Riksbank necesitaría así un plan de contingencia en caso de que uno o más intermediarios fallaran.
El modelo final permitiría a más instituciones acceder a sistemas de liquidación bruta en tiempo real (RTGS) y, de las cuatro opciones, es lo que más se parece al statu quo. El papel del banco central aquí sería de mediador en el sistema de pago, mientras que el mercado privado actuaría como una capa secundaria que sirve a los clientes.
Aunque la opción de una versión digital y «sintética» de la corona sueca es viable, esta no calificaría como una CBDC.