En un intento por estimular la economía local de forma independiente, Turquía recurre a una variedad de iniciativas destinadas a integrar y adoptar las criptomonedas.
Mientras la economía turca continúa tambaleándose, el desarrollo y la adopción de alternativas criptográficas continúa en crecimiento. El aumento de la tensión con los EE. UU., la desconfianza entre los inversores y la disminución de las reservas financieras de Turquía han llevado a la lira (TRY) a caer a su nivel más bajo en la historia este año.
Para salvar a la economía de la recesión, el país ha aumentado drásticamente su inversión en criptomonedas y tecnología blockchain para mantener la recesión a raya. Este movimiento se acompaña de un apoyo masivo: más de dos tercios del país declara una posición positiva sobre la adopción de las criptomonedas, y las tarjetas de débito con respaldo en criptodivisa —presentadas recientemente— demuestran popularidad en el país.
Además de experimentar con la idea de una CBDC, Turquía está invirtiendo en la investigación blockchain. Estos programas están destinados a alentar a los jóvenes locales a estudiar la tecnología de la cadena de bloques y a apoyar a las empresas tecnológicas. A largo plazo, se espera que estos esfuerzos apoyen la economía turca, ya que la dependencia de expertos externos se reduciría.
Asimismo, más del 30% de la población turca no tiene acceso a una cuenta bancaria. Las criptomonedas pueden ayudar a fomentar la inclusión financiera, especialmente para los estados del este, donde el complejo conflicto impide que los bancos se instalen en una oficina física.
Jonathan Leong, director ejecutivo de BTSE, explicó cómo la situación política y económica llevó a los ciudadanos de Turquía a la adopción de las criptomonedas:
«La situación política en Turquía y la volátil tasa de cambio ha llevado a que la población turca se convierta en líder de adopción de las criptomonedas, ya que las criptomonedas permiten un acceso fácil a la riqueza, pagos transfronterizos y una cobertura confiable contra la inflación. La adopción de las tarjetas ‘criptográficas’ de débito es una evolución lógica de la inestabilidad económica y del espacio de los activos digitales», dijo Leong.
Emre Aksoy, un asesor de los cuerpos de gobierno turco en la adopción y regulación de las criptomonedas, también ha notado que entre un 3 y 4 por ciento del PBI local proviene de comisiones por transacciones e intermediarios bancarios:
«La tecnología de las criptomonedas recortará estos costes y reducirá nuestra sujeción y dependencia en otras naciones. Turquía ahora tiene una posibilidad real de salvar su economía».
Turquía tiene una edad media de 31,5 años, lo que le convierte en una población relativamente joven. Es así que la posibilidad de adopción de nuevas tecnologías es posiblemente más alta en comparación con el resto de Europa. Asimismo, más del 90 % de los adultos tienen un teléfono inteligente, computando más de 50 millones de usuarios de Internet móvil.
En la encuesta del Banco ING en 2018, los resultados mostraron que el 18 % de la población ya poseía algún tipo de criptodivisa, con otro 25 % que mostraba interés en la compra.